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abril 18, 2019La energética española sostiene que «cumple escrupulosamente» con el régimen de sanciones 62.000
- ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
- 12 Apr 2019
- MANUEL TRILLO / JAVIER GONZÁLEZ MADRID
Washington tomará una «decisión» en «los próximos días» acerca de la actividad de Repsol en Venezuela. Así lo aseguró ayer, sin anticipar más detalles, el enviado especial de EE.UU. para el país caribeño, Elliot Abrams, en un encuentro con periodistas en la Embajada norteamericana en Madrid, tras reunirse la víspera con altos cargos de La Moncloa y el Ministerio de Exteriores.
Este anuncio se produce en plena ofensiva de la Administración de Donald Trump para tratar de asfixiar económicamente a los jerarcas del régimen de Nicolás Maduro para forzar su salida del poder, la apertura de una transición a la democracia y la celebración de elecciones libres. En concreto, Washington considera que el petróleo es una vía clave por la cual los responsables chavistas se apropian de las riquezas del pueblo venezolano, por lo que está desplegando medidas para reducir o impedir la compra de crudo por compañías extranjeras. Este mismo anunció sanciones económicas contra 34 buques y dos empresas, una de Liberia y otra de Grecia, dedicados a transportar petróleo de Venezuela a Cuba. Hay que recordar que aquel país también están presentes las empresas estadounidenses Chevron y Schlumberger.
«Los funcionarios españoles plantearon el caso de Repsol y la propia Repsol lo ha planteado en Washington, y está siendo sometido a un intenso debate ahora mismo» en la capital estadounidense, donde «está recibiendo mucha atención», señaló Elliot Abrams a preguntas de ABC. «La conclusión a la que llegamos –agregó– es que el Gobierno español está muy preocupado, pero creo que se tomarán decisiones acerca de esto en Washington en los próximos días».
Más de 60.000 barriles al día Un portavoz de la energética confirmó ayer a ABC que «Repsol y las autoridades españolas mantienen una línea abierta de conversaciones con las autoridades estadounidenses», y aseguró que la compañía «cumple escrupulosamente con el régimen de sanciones y en ningún caso se pueden esperar decisiones negativas».
Repsol empezó a operar en Venezuela en 1993. Desde entonces, realiza trabajos de exploración y producción en ocho bloques en diferentes puntos del país. Destaca el yacimiento de gas de Perla, en aguas someras venezolanas, uno de los más importantes de Sudamérica.
La petrolera española participa en esos bloques con participaciones de entre el 11 y el 60% con empresas locales y extranjeras (ENI y Total). Su trabajo consiste únicamente en explotar esos yacimientos, ya que los hidrocarburos son propiedad del Estado.
La producción media de Repsol en 2018 fue de 62.000 barriles diarios, una cifra que supone casi el 9% de su producción total (705.000 barriles). Durante el año pasado siguió recortando su exposición patrimonial en aquel país, situándola en 456 millones de euros, frente a los 1.480 millones de 2017.
Por otra parte, Elliot Abrams señaló que en las reuniones que ha mantenido abordó la necesidad de ampliar las sanciones a los dirigentes del régimen de Maduro por parte de la UE. «Hay muchas personas en Europa gastando libremente el dinero que robaron al pueblo venezolano», advirtió. «Hemos planteado a la UE y a los países europeos que consideren si quieren ser un patio de juegos para criminales venezolanos y sus familiares», señaló. En todo caso, rechazó que hubiera «negociaciones» Fue la producción media diaria de petróleo y gas de Repsol en Venezuela durante 2018. Representa el 8,8% de su producción total en el mundo.
Diálogo abierto
«Hay un debate intenso en Washington» sobre la empresa, asegura el enviado para Venezuela
barriles
millones
sobre la aplicación de sanciones, ya que EE.UU. impondrá las sanciones que considere que se requieren, mientras la UE ha tomado las suyas.
También se refirió a la posibilidad de que jerarcas del chavismo acabasen exiliados en España tras una eventual caída del régimen. Aunque negó que hubiese una petición expresa de EE.UU. en tal sentido, reconoció haber hablado de ese asunto «con España y con un par de lugares más».
En cuanto a una posible intervención militar, insistió en que «todas la opciones están sobre la mesa», si bien aclaró que EE.UU. apuesta ahora por una vía pacífica. Según denunció, ya «hay una intervención militar, pero no de EE.UU.», sino de Rusia y Cuba.
